martes, 22 de junio de 2010

Pausa en El Cabanyal

Estamos viviendo una pausa en el tema del Cabanyal. Parece que las actuaciones están paralizadas desde hace meses pero el tema está latente, esperando el momento de volver a la primera plana de la actualidad.


Es tal el mar de fondo que se ha armado con la ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez que parece que la opinión pública esté saturada de este tema. Esta lucha saca lo mejor y lo peor de un grupo de vecinos afectados y del Ayuntamiento. Recuerdo como presencié hace diez años, en el pleno del Ayuntamiento de Valencia en el que se aprobó el plan, y como la policía local retuvo a las personas contrarias a la prolongación que querían desplegar pancartas en el hemiciclo mientras los periodistas accedíamos al interior del consistorio. La sorpresa fue que éste ya estaba lleno de pancartas a favor de la prolongación que habían colocado militantes del PP del barrio. Creo que fue un augurio sobre cómo se iba a desarrollar este proyecto: la batalla sería larga.

El Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) del Cabanyal es un proyecto mucho más extenso que la sola ampliación de la Avenida Blasco Ibáñez. Pero, ¿qué balance podemos hacer de estos diez primeros años del plan urbanístico que afecta al barrio? Uno de los casos más interesantes para ver la aplicación del plan es el entorno de la Plaza del Rosario. El PEPRI incluía su peatonalización, y además la construcción de un recinto cultural como el Teatre El Musical. Las obras se realizaron, pero animo a los defensores y detractores a pasearse por esta zona. Pilotes que desaparecen, coches aparcados en la zona peatonalizada, niños en edad escolar que no asisten a escuela, trapicheo de drogas, etc. Pero la zona está rehabilitada según el plan. Pero ¿está rehabilitado socialmente el barrio? Digo esto porque los servicios sociales del Ayuntamiento no aparecen para solucionar los problemas de escolarización de decenas de niños y niñas que se pasean ociosos por la Plaza del Rosario.

La mejora de los barrios de una ciudad no puede hacerse solamente con una especie de espada de cemento que maneje el ayuntamiento de turno a su antojo sino va acompañada de otro tipo de medidas sociales. ¿Cómo se ha contemplado la integración de colectivos desfavorecidos en este tipo de planes? ¿Piensa el Ayuntamiento que estos colectivos van a desaparecer detrás de una muralla de fincas de diseño? Esto no es propio de un ayuntamiento que quiere darse a conocer al mundo con grandes eventos mientras en la trastienda no resuelve otros asuntos importantes para sus ciudadanos.

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