miércoles, 2 de febrero de 2011

Choque de civilizaciones en Egipto



El pasado sábado 29 de enero varias personas se colaron en el Museo Egipcio de El Cairo y provocaron destrozos en algunas de sus piezas y vitrinas. Los asaltantes buscaban objetos de valor ( ¡cómo si no supieran que todo lo que está dentro de este museo tiene un valor incalculable!) pero la imagen de los daños que provocaron en una momia a la que decapitaron han dado la vuelta al mundo. Lamentablemente, con la que está cayendo en Egipto, el tema se ha olvidado rápidamente y los ojos se centran en la contigua plaza Tahir y no en el vetusto edificio del museo.


El asalto fue frustrado por dos guardias que se quedaron en su interior ya que debido al toque de queda no pudieron ir a sus casa, escenifica el choque entre el Antiguo Egipto y la sociedad actual que trata de librarse del régimen de Mubarak. Gestionar el legado del Antiguo Egipto es complicado para los modernos egipcios, que en su mayoría son musulmanes, y que el tema de Ramsés, Cleopatra o Tutankamón les pilla lejos. No hay una afinidad cultural para la mayoría de egipcios entre los restos de la antigua civilización y sus vidas cotidianas. Digo que es compleja la relación porque Egipto vive de los recuerdos, monumentos, momias, sarcófagos, y demás, de sus antepasados. El turismo es el que mantiene viva la imagen de la época de los faraones. Solamente un pequeño porcentaje de los egipcios es turista en su propio país.


De ahí que el turismo extranjero haya sido muy cuidado hasta ahora. Es, junto con el Canal de Suez, la principal fuente de ingresos del país. Pero esta revuelta que parece no tener fin no ha respetado el viejo Museo Egipcio, custodio del gran legado de los faraones. Hace tiempo que se aprobó la construcción en la meseta de Guiza de un nuevo museo egipcio más grande y dotado de mejores medidas de seguridad. Las de ahora son de risa y cualquier persona que haya estado sabrá a qué me refiero.


Lo daños podrían haber sido incalculables si los asaltantes hubieran sido un poco más avispados. Aún así se contentaron con la tienda de recuerdos porque pensaron que ya estaban dentro del museo. Lo que no sabían es que lo que estaban sustrayendo eran meras reproducciones destinadas a los turistas. Ahora que los ánimos están más caldeados hay que hacer un llamamiento para aumentar la seguridad de los museos y monumentos de Egipto.


Por cierto, ¿como quedará después de la revuelta el todopoderoso Zahi Hawass, ex Secretario General del Consejo Supremo de Antiguedades del gobierno egipcio y nuevo Ministro de Cultura? Ya les adelanto que caerá de pie como los gatos. Egipcios, claro.

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